23.2.10

Opinando sobre lo opinado

En base a la columna del NY Times http://www.nytimes.com/2010/02/19/opinion/19brooks.html?scp=1&sq=The%20power%20elite&st=cse y a la propuesta de discutirlo en un asado, me adelanto un poco (el esfuerzo que me demanda poner en palabras lo que pienso me corta la digestión):

Lo que yo opino es que como los criterios para medir el talento en Economía y Política fueron "tomados prestados" de Ciencias más viejas como Física o Química, lo que se busca es una buena capacidad para desarrollar un razonamiento inductivo. Es decir, observar un buen número de casos, cuantificar, medir, hacer la estadística y en base a eso sugerir cuál es el comportamiento general, hasta formular alguna clase de Ley o Principio. El problema es que mientras para la Química, por ejemplo, el sujeto de estudio está puesto afuera (a las plantas les chupa un huevo lo que pensemos acerca del proceso fotosintético, lo van a seguir haciendo del mismo modo que lo hicieron los últimos miles de años); para las Ciencias Sociales, el investigador forma parte de lo que se está estudiando, por lo que supongamos que yo mañana descubriera una fórmula EXACTA, para determinar la inflación del mes que viene, producto por producto, en base a unas 20 variables. Desde el momento en que exteriorizo ese conocimiento (via divulgación o simplemente con mis propios actos económicos) se cae toda la formulita...
Algo de esto insinúa el artículo pero creo que las conclusiones sobre que hay que cambiar difieren. Y antes de que me lo digan contesto: Sí, ya se que sería un quilombo cambiar lo que yo digo.

2 comentarios:

Anita Leporina dijo...

Llego descolgada al debate. Aviso. Je.
Me pregunto si no sería en definitiva algo así como el principio de incertidumbre?
En ese sentido abarcaría tanto las Cs. Sociales como las Experimentales y las Exactas (Heisenberg lo formuló desde la cuántica, no?)

Airdish number dijo...

En principio no me refería a ese principio :-P
Seguramente lo que vos decís también tendrá sus efectos (incluso económicos), pero creo que no particularmente el que enuncia el artículo: la mayor democratización del acceso a los puestos de toma de decisión paradójicamente involucró una caída en la confianza del público general. Aviso que lo poco que conozco sobre cuántica y el bendito gato de Schrödinger, es a través de "What the bleep do we know" (película denostada y vilipendiada por la academia).