25.2.10

La insoportable velocidad del ser (o dos párrafos dentro de un cuaderno).

Las cosas suceden a una velocidad infernal. Siempre más rápido que mi pensamiento, por más duro que lo intente. Me cuesta mucho escribir cada oración, poner cada palabra en su sitio. Y eso que cuento con una ventaja enorme: El tiempo, al escribir, se detiene. Puedo pensar cada línea todo lo que quiera. Al hablar no se puede lograr lo mismo. Tal vez puedo proponérmelo unos momentos, alterando tal vez a mi entorno, que me considerará más callado que de costumbre. Pero es inevitable que al rato, quizás con un cambio de tema de por medio, considere que ya no es necesario "pensar tanto" y me entregue a mi ser más básico, más puro si se quiere. Un ser sin tiempo, instantáneo. Él sólo interviene indirectamente en este blog, pues quien escribe es el Javier con retraso ¿Un Javier retrasado?
Pero resulta que prefiero a éste, desde un punto de vista muy poco objetivo, el instantáneo me deja en posición adelantada todo el tiempo, porque él no sufre el tiempo, no estará en el siguiente instante para confrontar con las consecuencias de su actuar.

No hay comentarios: