5.2.10

Iluminare habitacum est (parte 2)

La obra era hoy lo cual le dio unas energías que no tenía desde hace tiempo. Pero cuando se incorporó todo empezó a cambiar. La recordó y la amargura le recorrió la garganta, además sintió ese calor que pesa 2 toneladas que solo en Buenos Aires se puede encontrar, penso en como estaba cambiando el clima por estos días, se imagino sus estados de animo que también andaban medio locos en estas épocas.
Salió apurado pensando en nada, un respiro, un aire que da vida. Otro blondo y negro que lo llevo a la puerta del viejo edificio. Saludo a la portera y entró, se dio cuenta que era el primero. Se preparó y sentadito espero a que el tiempo arribara.
La obra parecía una alegoría a la amargura y la poca pasión que rondaba en el aire, era de algún distraído que escuchaba un Chicago-Deportivo Morón en alguna pequeña radio.
Otro día mas, se preguntó porque tenía que soportar su propio velatorio y para colmo que surara tantos giros. Los ojos perdidos divisaron en el enciclopédico diario del Domingo un pequeño títular sobre un suicidio que resulto ser nada mas ni nada menos que el de su profesor de teatro.
¿Lo había comentado la portera al entrar? No le era claro. Tampoco le era claro que debía hacer en esa situación, la rutina se había roto. Muchos toman la ruptura de una rutina como algo positivo, pero para este hombre significaba un caos en el orden victoriano de su vida. La Gillete le ofreció un acercamiento a su profesor que decidió por el momento rechazar. Primero había una necesidad.
Sin saber muy bien como, al abrir los ojos se encontraba frente a una iglesia. Nunca fue muy religioso pero le pareció el lugar mas adecuado para llorar a un difunto. Las grandes paredes de la parroquia le dieron una sensación de calor en el pecho. Eso no fue un llanto, escupió amargura. Pasó cuatro horas sentado en el anteúltimo banco. Ya no tenía sentido ejecutar una hipócrita retirada. Allí se quedo, allí se quedo por 4 años.
Génesis, Adán, Y vio Dios ser bueno, Enoc, Lamec, Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra, Éxodo, Desierto de Farán, Ve, pues; yo estaré en tu boca y te enseñare lo que has de decir, ¿Qué es este libro?En algún momento, durante esos cuatro años, regresó a hogar, vendió todo y lo donó a la iglesia. $500. Disimuladamente los metió en el buzón de colaboraciones. Le sorprendió no sentirse mejor, le encantaba sobre todo la parte de ser el “colaborador secreto”. Pero realmente sintió como si nunca lo hubiese hecho. No quiso pelear con el sentimiento y lo olvidó pronto.

No hay comentarios: