30.4.10

Una reflexión políticamente incorrecta acerca de las desgracias ajenas

Gracias a la fascinación morbosa que me genera el sector policiales, tanto de los informativos como de los periódicos, y lamentablemente también a casos puntuales têt à têt; he llegado a la conclusión de que los familiares de las víctimas de homicidio en ocasión de robo, la mayor de las veces aseguran que pagarían gustosos (incluso el doble de la suma en cuestión) con tal de tener a su ser querido nuevamente del lado de los vivos. Nótese que me refiero a la no despreciable cantidad de hechos en los que el delincuente escapa sin haberse hecho del botín (no vale sacrificar dinero sobre el cual, de todos modos, ya no se tiene disponibilidad). Además estoy suponiendo que las declaraciones en ningún caso son hipócritas, sino que responden a un sentimiento genuino (que por lo general es que la vida no tiene precio).
Ahora bien, es obvio que regresar a un muerto a su estado anterior escapa las posibilidades de la tecnología actual. Nos debemos situar un instante antes, en el que una especie de rematador walrasiano omnipresente, le informa al agente que un ser querido está por perder la vida, y entonces negocia la suma con la cual puede evitarlo. Si sumaramos las sumas de todos los casos sumariados que se dan en el país estoy seguro que llegaríamos a un resultado sorprendente. Lamentablemente Google no brinda tanta información acerca de estos guarismos como la que brinda acerca de las palabras panavocálicas. Que va ser, es una deuda pendiente que tienen.
Como el antedicho rematador tampoco existe en las condiciones actuales, nos debemos situar otro instante antes, pero al hacerlo, perdemos a nuestro sujeto. Ya no sabemos con certeza quienes serán las víctimas. Lo óptimo sería entonces abonar un seguro cuya prima sea la suma en cuestión multiplicada por la probabilidad de ser víctima fatal en un robo. Si lo abonara toda la población se llegaría (en promedio) al mismo resultado sorprendente. Estamos hablando en la mayoría de los casos de una prima de alredor de $20, a cambio de la famosa tranquilidad perdida de que salís a la calle y no sabes si te matan. Claro que continuarían ocurriendo robos comunes, pero esta claro que la tranquilidad con la que uno lo afronta no es la misma si se tiene la seguridad de que no perderá la vida.
Llegado este punto, debemos discutir a donde va a parar el dinero. Es claro que no puede ser a las manos del delincuente, ya que se estaría incentivando esa actividad ilegal en contra de la actividad productiva. Nuevamente tenemos que ir un período hacia atrás, y utilizar el dinero en todos los medios necesarios para evitar la aparición del ladrón-homicida. Esta fuera de los alcance de este post la discusión acerca de si esto se debe hacer “a la Patti” (con mayor fuerza policial y judical) o “a la progre” (con educación). Sólo adelanto que banco la segunda opción sabiendo que lo que va dentro del paréntesis es mucho y muy complejo.
A todo esto, me estan avisando de producción que tal instrumento ya existe hace batante rato. Se llama impuestos. Puta que te parió, veniamos bien y la cagaron… Todo esta perorata para llegar a la conclusión tan poco interesante de que cuando quieren subir los impuestos y la gente dice que no quiere pagarlos, estan siendo contradictorios; a no ser que perciban que los fondos no van a ser correctamente aplicados. Fiasco de blogger que resulté ser…

20.4.10

Lost in Geopositioning

11 de julio de 2004.
48 grados 51 minutos 58 segundos latitud Norte
2 grados 23 minutos 15 segundos latitud Este


Recalculando.

– ¡La puta madre!
– ¿Qué?
– Otra vez me pasé.
– Bueno, no pasa nada, ahora te dice de nuevo por dónde agarrar. –Avance 200 metros y doble a su derecha. – ¿Ves?
– Si, pero ¡cada vez que recalcula me la hace más complicada! Cuando salimos todo el viaje era agarrar tres avenidas, y ahora ya es el quinto pasaje que me hace agarrar.
– ¡Cuidado!
– ¡¿Qué?!
– ¿No ves que es contramano?
– Bueno, pará, tampoco para que grites así. – Pone las balizas – Me hiciste pegar un cagazo bárbaro. Además, no puede ser, si me está diciendo que doble por acá.
– Pero, ¿Sos enfermo? ¿No ves que vienen los autos de frente? Doblá en la próxima, y después retomás.
– Ya te dije que si no hago lo que dice después es más quilombo, esperemos que pasen esos autos y después nos mandamos.
– ¡Pero es contramano! – Bocinazo desde atrás
– ¡No es contramano! – Acelera a fondo en primera, el motor mufa sus revoluciones por minuto, se orilla cruzando la bocacalle. – Mirá, andá y preguntale a ese tipo que está ahí si podemos doblar por acá.
– …
– ¡Andrea!
– Preguntale vos, pelotudo.
– Pero vos te manejas mejor con el idioma, y estos tipos son flor de turros, no se bancan a los turistas. Dale Andre, no estés enojada, hagamos esto juntos, si no nos ayudamos no vamos a llegar más al hotel.
– …
– ¡Monseniour! – Dirigiéndose al hombre – Excuse muá, ¿sabés vous si cette rue va lá ou ici?
– Sir, I´m afraid the direction of this street changes at noon. You can´t go in that direction right now.
– O. Well, thank you very much. – Cerrando la ventanilla – No puede ser, estos tipos están locos. Primer mundo las pelotas. – Da marcha atrás.

Recalculando.

– ¡La puta madre!
– ¡Podés dejar de gritar! Vas a despertar a los chicos y ahí te quiero ver.
– No me vengas con eso ahora. Fue tu idea traerlos. Te dije veinticinco mil veces que no se puede recorrer Europa con chicos chicos. Además eran dos semanitas nada más, y con tu vieja están bárbaro. Ahora estarían felices en el cine o en el Shopping en vez de embolarse todo el día museo tras museo.
– Fabián, se hace de noche y estamos perdidos. Vamos a perder la reserva del hotel. Apagá esa mierda y agarrá por donde yo te digo.
– No estamos perdidos, y esa “mierda” es justamente lo único que hace que no lo estemos. Decime, ¿qué pretendes que hagamos? ¿nos vas a guiar con el recuerdo de un viaje que hiciste hace quince años?
– Bueno, pará. Tranquilicémonos un poco. Mirá, Buenos Aires siempre dicen que la construyeron como a París. Acá deberíamos estar más orientados que nunca. Ahí a dos cuadras recién pasamos por el Cementerio de Pere Lachaise, que viene a ser como la Chacarita.
– ¿Qué?
– Hacé lo que te digo. Nuestro hotel está entre dos hospitales que están pegaditos, como el Ramos Mejía y el Francés. Entonces tenemos que agarrar la lateral del cementerio, Warnes, hasta encontrar un parque circular como el Centenario. La avenida que está del otro lado es como Diaz Velez.
– Entonces, ¿Philippe Auguste es Warnes?
– Sí. Diaz Velez seguís derecho una, dos avenidas, doblás a la derecha, tres avenidas más y ya sería Belgrano. Ahí doblás a la izquierda.
– Esperá, mirá. ¡Un parque! ¡Como el Centenario! – Uno de los niños se medio despierta.
– Mhh, ¿ya llegamos?

Recalculando. Error. Distancia al destino superior a la admitida. 11,067.9 km.


– Ya estamos cerca amor.
– Fabián.
– ¿Viste?
– Si, ví. Fabián ese ES el Parque Centenario. Estamos en Buenos Aires. ¡Guarda! ¡El colectivo!

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El auto lo dejamos tirado ahí nomás. Como pudimos nos tomamos un taxi casa. El Jet Lag en este tipo de viajes es terrible. La mezcla de sensaciones era extraña. Se había terminado nuestro viaje abruptamente; pero a la vez, habíamos descubierto la forma de transportarse más rápida del mundo. Viajes instantáneos Buenos Aires-París sin escalas y sin aduanas. Un negoción. Lamentablemente cuando intentamos el proceso inverso fracasamos rotundamente. Aparentemente en algo influye el hecho de que Buenos Aires se construyó a semejanza de París pero París no se construyó a semejanza de Buenos Aires. Ahora todavía tenemos un temita pendiente con migraciones. Nuestro abogado trabaja noche y día buscando una explicación presentable para nuestro extraño regreso.

13.4.10

Trastorno tras trastorno

La idea para este post era, a partir del Trastorno Obsesivo Compulsivo de las Alpargatas de perejil, escribir un texto en base a palabras que contengan las 5 vocales. Como soy un vivo bárbaro hice un poco de googleo para contar con mayor armamental. Decepcionado, encontré que hay muchos vivos en el mundo que ya habían hecho lo mismo, y habían escrito cosas mucho más lindas que la porquería que yo había armado. Particularmente curioso me resulto el caso de la escritora valenciana Lucía Etxebarría, quien pecó de ingenua como yo y en un programa de TV afirmó que la única palabra en español con 5 vocales es murciélago. En ese momento avalancha de cartas llegaron a los diarios españoles, por ejemplo:
¡Confiturera, frene la euforia! Un arquitecto escuálido llamado Aurelio (o Eulalio, no estoy seguro) dice que lo más auténtico es tener un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo de aquel viejo reumático, desahuciado y repudiado, que consiguiera en su tiempo ser esquilado por un comunicante que cometió adulterio con una encubridora cerca del estanquillo (sin usar estimulador).
Señora escritora: si el peliagudo enunciado de la ecuación la deja irresoluta, olvide su menstruación y piense de modo jerárquico. No se atragante con esta perturbación, que no va con su milonguera y meticulosa educación, y repita conmigo, como diría Cantinflas: ¡Lo que es la falta de ignorancia!

Todo muy lindo, pensé, pero realmente es poco decoroso decir "palabra con 5 vocales", tiene que tener un término propio. Ese término, pensé nuevamente (y ya me salía humo de la cabeza), debería cumplir con la misma propiedad que define; como la palabra esdrújula, que siempre me pareció muy bonita. Algo así como "vocalicesmu". Iba a dejar abierta la puerta para que mis escasos pero valiosos lectores propusieran alternativas, pero antes de postear googleé un poco más para que no me pase como a la pobre Lucía, y zas! Efectivamente estas palabras se denominan usualmente Panavocálicas o Pentavocálicas.
Te odio Google.

ejemplos 1
ejemplos 2

5.4.10

Is ecologism truly on nature´s side?

Aquí me remitiré a la tercera definición del término que da la Real Academia Española:

3. f. Defensa y protección de la naturaleza y del medio ambiente.

El medio ambiente de quien, cabría preguntarse. O en que medida somos capaces de discernir cuales acciones defienden y protegen a la naturaleza, y cuales no. ¿No somos nosotros, los humanos, producto de la naturaleza? (no se me ofendan, creyentes)
El desarrollo evolutivo de la naturaleza en determinado momento llevó a que existieran unos lagartos gigantes que devoraban todo a su paso, un día les cayó un meteorito y se esfumaron. ¿Y la naturaleza? ¿Qué? Lo mas campante…
Si un día, como prometieron y no cumplieron tantas novelas fantásticas de los 70, nos tiramo bomba nuclear a lo pavote entre todos; ¿la naturaleza va a estar mejor o peor? Tal vez tenga ganas de quedarse unos 2000 años sólo con cucarachas en su superficie, paciencia seguro le sobra. Los que vamos a estar peor, seguro, somos nosotros. Y he aquí el quid de la cuestión: lo que llamamos “ecología”, es ni más ni menos que la defensa y protección de NUESTRO medio ambiente, procurando la sustentabilidad de la especie humana.
Ahora bien: ¿Somos capaces de discernir cuales acciones defienden y protegen la supervivencia de nuestra especie? Los simpatizantes de Los Simpsons recordarán este genial diálogo:

Lisa: ¿Qué pasará cuando los lagartos se conviertan en una plaga?
Skinner: Soltaremos serpientes aguja chinas que matarán a todos los lagartos!
Lisa: Pero las serpientes son más peligrosas!!
Skinner: Sí, pero luego soltaremos gorilas para que acaben con todas las serpientes!
Lisa: Pero luego los gorilas serán más peligrosos que las serpientes ¿a quién soltaremos para acabarlos?
Skinner: En el invierno los gorilas se congelarán y se acabará todo.

Es un tanto inquietante reconocer que somos como chiquilines que no saben ni siquiera que es lo mejor para sí mismos, entonces nos disfrazamos de paladines justicieros en nombre de la naturaleza, algo mucho más tolerable dado que la mayoría nos la representamos mentalmente como la abuelita de pañoleta celeste que aparecía en Los Pitufos.

"Quid rides? Mutato nomine, de te fabula narratur". Horatius