26.5.10

Confusiones de unas mentes peligrosas (Bicentenary edition)

Fin de semana del bicentenario:

El domingo por la tarde, mientras me proveía de algunos víveres necesarios en Jumbo, se me acerca una simpática viejecita y me dice:

- ¡Ay! muchacho, no sé, estoy perdida. Vos sos de acá? Sos Dumbo?


En el DAH! (que no es una onomatopeya homeriana, sino el Desfile Artístico Histórico), había gente esperando desde las 16 hs aferrados a una valla. Poco a poco el espacio central de la 9 de Julio se fue desalojando, pero algunas personas se hacían los distraidos, y los policías utilizaban métodos más bien suaves para incentivarlos a abandonar el lugar (después de todo es la fiesta patria de un gobierno NAC&POP). Como ya venían los camiones y la gente no se iba, decidieron poner una segunda valla, arrinconando a esa gente entre valla y valla, y dejando a los que estaban desde las 16 unos cinco metros mas atrás.

Las protestas no se hicieron esperar. Al principio me sentí casi orgulloso de la fina reacción de mis compatriotas. Gritaban (y con mucho derecho): ¡Que se sienten!
Pero la dinámica de las masas es muy particular, se generan resonancias y reacciones en cadena, que van amplificando la amplitud de onda de la respuesta original. ¡Que los saquen! Comenzaban a gritar ya unos cuantos, mientras comenzaban los primeros insultos cruzados. De algún lugar del fondo me cayó el remate: ¡Que los maten!


Uno de los señores que personificaba a un taxista en el cuadro del tango, estaba tan metido en su papel que hasta venía hablando por celular mientras manejaba, en un claro guiño de ojo de los guionistas, insertando una crítica social respecto de nuestra mala conducta al conducir.


Cuando pasaron los anarquistas gritando sus consignas, la euforia del público era tal, que ya poco importaba el contenido histórico del desfile. Mientras ellos que eran sólo 30 gritaban: ¡ANARQUÍA! ¡ANARQUÍA!
Nosotros que eramos 2 millones gritabamos: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA!
Locos de contentos, y José Ingenieros se revolcaba en su tumba.


Me pareció que a Luiz Inácio se le escapó una sonrisita socarrona al ver pasar el Siam Di Tella, que encima parece que te lo entregaban de fábrica con la puerta abollada, pero debo estar confundido.

2 comentarios:

Anita Leporina dijo...

Estabas en Pza de mayo, frente a la catedral? Porque a mí me putearon bastante cuando la multitud me arrastró hasta un lugar donde no había tanta gente y no se podía pasar (en algún momento cayó la valla).

Airdish number dijo...

No, estaba en 9 de Julio y Adolfo Alsina. Hubiese sido buena idea lo de Plaza de Mayo porque a 4 minutos por cuadra, para cuando nos llegó la primer carroza, ya estabamos viendo en la pantalla gigante como terminaba el desfile. El Sur también existe, pero viene sumamente atrasado.