16.3.10

La cantina de Bernarda (Parte 1)

Ubicada en Suarez y Necochea, a unos metros nada más de la boca del Riachuelo, se encuentra la cantina de Bernarda. Denominada originalmente "Il piccolo piroscafo" por su siciliano fundador, la cantina obtuvo su apodo popular debido a su clienta más famosa.
Bernarda, la chilena, escapó de su tierra natal a los 20 años, en Julio del 73. Se instaló unos dos años en Mendoza, pero al poco tiempo se dió cuenta de que acá la mano también venía pesada. El verdadero exilio se desconoce donde fue, todos asumimos que fue en España, como todo el mundo, pero un allegado alguna vez comentó que en realidad había estado en Belice. Lo concreto es que en 1984 ya estaba de vuelta en Buenos Aires y con idea de "desandar" el camino. Sin embargo, Bernarda nunca volvió a Chile.
Que sea la más famosa no significa que sea la más asidua. Bernarda ha pasado casi toda una semana en la cantina, con escasas horas de sueño real (o sea sin contar esa especie de nirvana en el que entra a veces con los ojos entreabiertos). Pero asimismo, hay épocas en las que desaparece por mucho tiempo, y nadie tiene idea de su paradero. Durante esos episodios la concurrencia a la cantina va decayendo. Muy lenta pero ininterrumpidamente. Como que se va apagando. Y luego un día aparece, y el boca en boca no se hace esperar. Y vuelven todos como malón. Se llena tanto que tienen que sacar mesitas afuera. Y hay gente que baila en la calle, pero con cuidado porque ahí doblan como 3 o 4 colectivos y todos a los pedos.

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