20.4.10

Lost in Geopositioning

11 de julio de 2004.
48 grados 51 minutos 58 segundos latitud Norte
2 grados 23 minutos 15 segundos latitud Este


Recalculando.

– ¡La puta madre!
– ¿Qué?
– Otra vez me pasé.
– Bueno, no pasa nada, ahora te dice de nuevo por dónde agarrar. –Avance 200 metros y doble a su derecha. – ¿Ves?
– Si, pero ¡cada vez que recalcula me la hace más complicada! Cuando salimos todo el viaje era agarrar tres avenidas, y ahora ya es el quinto pasaje que me hace agarrar.
– ¡Cuidado!
– ¡¿Qué?!
– ¿No ves que es contramano?
– Bueno, pará, tampoco para que grites así. – Pone las balizas – Me hiciste pegar un cagazo bárbaro. Además, no puede ser, si me está diciendo que doble por acá.
– Pero, ¿Sos enfermo? ¿No ves que vienen los autos de frente? Doblá en la próxima, y después retomás.
– Ya te dije que si no hago lo que dice después es más quilombo, esperemos que pasen esos autos y después nos mandamos.
– ¡Pero es contramano! – Bocinazo desde atrás
– ¡No es contramano! – Acelera a fondo en primera, el motor mufa sus revoluciones por minuto, se orilla cruzando la bocacalle. – Mirá, andá y preguntale a ese tipo que está ahí si podemos doblar por acá.
– …
– ¡Andrea!
– Preguntale vos, pelotudo.
– Pero vos te manejas mejor con el idioma, y estos tipos son flor de turros, no se bancan a los turistas. Dale Andre, no estés enojada, hagamos esto juntos, si no nos ayudamos no vamos a llegar más al hotel.
– …
– ¡Monseniour! – Dirigiéndose al hombre – Excuse muá, ¿sabés vous si cette rue va lá ou ici?
– Sir, I´m afraid the direction of this street changes at noon. You can´t go in that direction right now.
– O. Well, thank you very much. – Cerrando la ventanilla – No puede ser, estos tipos están locos. Primer mundo las pelotas. – Da marcha atrás.

Recalculando.

– ¡La puta madre!
– ¡Podés dejar de gritar! Vas a despertar a los chicos y ahí te quiero ver.
– No me vengas con eso ahora. Fue tu idea traerlos. Te dije veinticinco mil veces que no se puede recorrer Europa con chicos chicos. Además eran dos semanitas nada más, y con tu vieja están bárbaro. Ahora estarían felices en el cine o en el Shopping en vez de embolarse todo el día museo tras museo.
– Fabián, se hace de noche y estamos perdidos. Vamos a perder la reserva del hotel. Apagá esa mierda y agarrá por donde yo te digo.
– No estamos perdidos, y esa “mierda” es justamente lo único que hace que no lo estemos. Decime, ¿qué pretendes que hagamos? ¿nos vas a guiar con el recuerdo de un viaje que hiciste hace quince años?
– Bueno, pará. Tranquilicémonos un poco. Mirá, Buenos Aires siempre dicen que la construyeron como a París. Acá deberíamos estar más orientados que nunca. Ahí a dos cuadras recién pasamos por el Cementerio de Pere Lachaise, que viene a ser como la Chacarita.
– ¿Qué?
– Hacé lo que te digo. Nuestro hotel está entre dos hospitales que están pegaditos, como el Ramos Mejía y el Francés. Entonces tenemos que agarrar la lateral del cementerio, Warnes, hasta encontrar un parque circular como el Centenario. La avenida que está del otro lado es como Diaz Velez.
– Entonces, ¿Philippe Auguste es Warnes?
– Sí. Diaz Velez seguís derecho una, dos avenidas, doblás a la derecha, tres avenidas más y ya sería Belgrano. Ahí doblás a la izquierda.
– Esperá, mirá. ¡Un parque! ¡Como el Centenario! – Uno de los niños se medio despierta.
– Mhh, ¿ya llegamos?

Recalculando. Error. Distancia al destino superior a la admitida. 11,067.9 km.


– Ya estamos cerca amor.
– Fabián.
– ¿Viste?
– Si, ví. Fabián ese ES el Parque Centenario. Estamos en Buenos Aires. ¡Guarda! ¡El colectivo!

------

El auto lo dejamos tirado ahí nomás. Como pudimos nos tomamos un taxi casa. El Jet Lag en este tipo de viajes es terrible. La mezcla de sensaciones era extraña. Se había terminado nuestro viaje abruptamente; pero a la vez, habíamos descubierto la forma de transportarse más rápida del mundo. Viajes instantáneos Buenos Aires-París sin escalas y sin aduanas. Un negoción. Lamentablemente cuando intentamos el proceso inverso fracasamos rotundamente. Aparentemente en algo influye el hecho de que Buenos Aires se construyó a semejanza de París pero París no se construyó a semejanza de Buenos Aires. Ahora todavía tenemos un temita pendiente con migraciones. Nuestro abogado trabaja noche y día buscando una explicación presentable para nuestro extraño regreso.

1 comentario:

Anita Leporina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.