26.10.10

Incompletitud de mercados en la industria pornográfica

En mis ocasionales incursiones en el submundo de la pornografía (con fines puramente académicos, por supuesto) he notado una curiosidad en la estructura utilizada para nomenclar los productos. Dentro de lo que es pornografía heterosexual para hombre (la mayor parte) se suele utilizar en los títulos adjetivos varios respecto del busto y trasero de la chica en cuestión, pero a la hora de elegir sustantivos se recurre a “teen” o “babe” para las menores o; “MILF” (Mother I’d Like to Fuck) o “cougar” (una especie de gato salvaje americano) para las mayores de 30. Parece haber un vacio de oferta en el rango etario de 20-30 años. Pero al observar con mayor detenimiento uno encuentra que existe esa mano de obra, y que por algún tipo de determinación externa, se decide llamar a toda veinteañera que se mantiene en buen estado “teen” y las que ya están un poco baqueteadas pasan directamente a la categoría “MILF”. Uno se podría preguntar acerca del porque de semejante actitud, sobre todo teniendo en cuenta que esa parece ser la edad de preferencia por la mayoría de los hombres para sus encuentros sexuales.
Mi hipótesis es que a raíz de la liberación sexual que se viene dando en las últimas décadas, la industria debió polarizar sus productos para subsistir. Ofrecer lo que todavía no es tan sencillo de obtener, de allí la aparición de videos con embarazadas, mutiladas y la inclusión de elementos como juguetes sexuales insalubremente enormes o vomito (para los que no sepan de que hablo pueden googlear bajo su propio riesgo “2 girls 1 cup”). El sexo tradicional de un hombre con una mujer, por mas bella que esta sea, y por mas logrado que este, esta prácticamente extinto.
Un caso paradigmático de la web 2.0 es el sito de intercambio de videos caseros “Poringa” cuyo slogan pasa frecuentemente desapercibido: “Placer Colectivo”. Puedo imaginarme a un alto ejecutivo de la “Adult Cobra Entertainment Services” con estado de resultado lleno de números rojos, gritando desaforadamente “Could somebody stop those fucking commies?!”.

9 comentarios:

Oso Polar dijo...

Muy atinado el comentario, Airdish. Me permito agregar algunas cosas:

- En el último tiempo, se ha visto muchas producciones pornográficas que incluyen algo parecido a una "historia", ya sea de "ficción" (parodiando alguna película o serie no porno) o más tipo "reality TV". También están los casos más dlirantes que tratan de imprimirle una onda culta tipo película de festival de cine independiente a su producción triple X. En realidad esto no es algo novedoso, sino una sana costumbre muy habitual en el cine hot de los '80 y que en los '90 se había perdido. Celebro el regreso a los oldies, como se sabe, no hay década como los '80.

- Nunca termino de entender la compleja relación mujeres-pornografía. Aparentemente, el porno para mujeres no existe. Esto amerita numerosas hipótesis:
1) A las mujeres simplemente no les gusta el porno.
2) A las mujeres les gusta el porno, pero es el mismo porno que les gusta a los hombres.
3) Cualquier combinación lineal convexa entre 1 y 2.
4) A las mujeres les gusta el porno pero el grado de represión es tan grande que no pueden admitirlo en ningún ámbito, social ni privado, entonces no tienen más remedio que privarse de él o relojear a escondidas porno de hombres.
5)A las mujeres les gusta un cierto tipo de porno, pero las empresas aún no han descubierto cuál es.

En fin, el que me pueda aclarar un poco este misterio, bienvenido sea

Mel Blanc dijo...

Muy interesantes las observaciones del post, y también las acotaciones de Oso Polar. He observado un marcado avance hacia el porno hard, pero más hard que nunca, con cada vez más filmes con situaciones aberrantes que hace pocos años parecían salidas de las mentes más afiebradas. Supongo que tiene que ver con la enorme proliferación de pornografía en internet, que obliga a buscar nuevas alternativas.

Airdish number dijo...

Oso: Es muy buena la primera acotactión. Pero en un punto es como si hablaramos del devenir de la industria alimenticia (Kraft, Unilever, Monsanto) y vos me venis con que los Adventistas del Séptimo Día hacen unas galletitas bárbaras...

Respecto de las hipótesis:

1) Es muy probable.
2) Definitivamente no.
3) Totalmente sólo que alpha 1 vale 1 y alpha 2 vale 0 (chiste geek)
4)Esto es lo que yo pensaba hace 10 años, pero hoy esa ya no me la creo. Las chicas simplemente ya no encajan en ese modelo.
5) Esta también es muy acertada. Pero vamos, ni las empresas, ni nosotros sabemos, ni que tipo de porno ni que tipo de nada es lo que le gusta a las mujeres.
En este sentido es bienvenido algún comentario femenino.

Mel: La continuación de este post vendrá seguramente por ese lado. Como economista no puedo menos que sorprenderme cuando un mercado millonario se reduce a centavos, por el avance de la tecnología sí, pero fundamentalmente por un cambio en el comportamiento de las personas.

Mel Blanc dijo...

Economista? Qué interesante; yo escribo sobre economía en un diario.

Airdish number dijo...

En que diario Mel? Oso Polar también es del palo...

la que te acosaba quien es? se puede decir?

Maia dijo...

Si se me permite intervenir en esta conversación entre hombres debo decir que en mi caso personal -y en el de varias amigas- no nos gusta el porno... ¡sencillamente porque nos pone celosas! Queremos estar seguras de que nuestra pareja responde a nuestros encantos y estímulos, no a los de alguien más.

Aparte de encontrar bastante perverso eso de mirar el acto más privado entre dos personas como si tal cosa, por más que ellos acuerden en ser filmados y vivan de eso. No es difícil de entender, creo. Un hombre que necesita del porno para excitarse, se pierde la ternura, el juego previo, la conciencia del aquí y el ahora. ¿Cómo podría, con un ojo en la pantalla?

Airdish number dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Airdish number dijo...

Maia: la intervención está plenamente permitida e incluso auspiciada. En primer lugar, me gustaría dejarte tranquila asegurándote que la enorme mayoría de los hombres que consumen porno, no necesitan de ese estímulo para excitarse. Más importante aún: el porno no es sustituto de un encuentro sexual. No hay de que ponerse celosas. En términos económicos (aunque no monetarios): la demanda por un buen polvo es perfectamente inelástica. Y eso que hasta este punto hemos estado ostentosamente omitiendo incorporar el amor al asunto.
Para volver a enfocar en el tema que surgió en los comentarios, habría que descartar por completo la participación masculina e indagar sobre el vínculo directo mujer-porno. La ausencia total de este enfoque en tu comentario, parece confirmar o bien el punto 1 o el 4 del comment de Oso Polar. Insito: me niego a aceptar como válido el 4. O sea que a las mujeres (o al menos a las que son como Maia) no les gusta el porno.
Ya va a venir un post en el que vuelva sobre esto.

cleopatra dijo...

A..mí..me..gustan..muchísimo..las
pelis..porno.

Me..excitan..sobremanera.

(Y..no..creo..que..mi..compañero..
se..ponga..celoso..¿si..es..mucho
más..placentero?)

Beso